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Dos peones llamados Alejandro Armenta y Miguel Barbosa

El amable lector se puede  SALTAR LA OBRA DE CUATRO ACTOS SI YA SE SABEN LA TRAMA MONREAL, BARBOSA, ARMENTA Y YEIDCKOL, sino, es un buen ejercicio de divulgación

Primer acto: el senador Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena en el Senado, capta dentro de su grupo político a su compañero de bancada Alejandro Armenta; además de eso, lo unge como presidente de la poderosa Comisión de Hacienda y Crédito Público en la Cámara Alta. Por si no fuera poca la simpatía que muestra el político zacatecano al oriundo de Izúcar de Matamoros, las intenciones de despachar desde Casa Aguayo del Armenta Mier son apoyadas y auspiciadas por el ex gobernador de Zacatecas.

Segundo acto: con todo el respaldo de los senadores de Morena, Alejandro Armenta se lanza por la candidatura en el proceso electoral extraordinario para gobernador en Puebla, compite con Nancy de la Sierra, también senadora, y contra el exsenador (vaya vicio) Miguel Barbosa. Siendo este último hombre de todas las confianzas y simpatías de la dirigente del CEN del Movimiento de Regeneración Nacional, Yeidckol Polevnsky, además de una cantidad indescifrable de amarres entre ellos, la bendición de Citlalic, como realmente se llama, resulta clave para que Barbosa gane por segunda vez la encuesta con la que Morena designa a sus candidatos. Barbosa gana la encuesta. Alejandro Armenta sigue la ruta típica: negociación y coacción. Quiere la mitad del gabinete de Barbosa, este, muy posiblemente, se dobló de la risa (yo lo hubiera hecho).

Tercer acto: Como si se tratara de una ópera Wagneriana, el dramatismo que le imprimió Armenta Mier a la designación de Barbosa como candidato fue épico. Su inconformidad trascendió a la vida interna de su Partido, al grado de llevar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) una impugnación ante tal nombramiento. Su máximo logro: que el TEPJF pidiera al instituto político que aclare los motivos por los que Barbosa es el candidato. El golpeteo siguió. La imagen de la marca se desgasta con cada periodicazo que se sueltan el uno al otro. Siempre con el respaldo del senador Monreal.

Cuarto acto: El lunes pasado, Monreal convoca a Armenta y a Barbosa de urgencia para el día siguiente en su oficina del Senado. Llegan ambos. Barbosa no olvida los audios en los que Armenta conjura en su contra. No olvidan las declaraciones incómodas del uno al otro. Hay incomodidad y desprecio. Se toman la foto. Ninguno de los dos sonríe. Solo en anfitrión pela los dientes, lo logró: Ricardo Monreal es visto como el conciliador de Morena, apagó un incendio que el mismo prendió.

ALGUNAS NOTAS DE LOS HECHOS:

Priistas jugando con otras reglas. Alejandro Armenta y Ricardo Monreal juegan con reglas distintas a las de Morena y la 4T. Ambos son excelentes negociadores, mediadores, provienen de la escuela de “más vale un mal arreglo que un buen pleito”. Son priistas. Primero se intenta negociar, luego se procede a obedecer al jefe máximo en turno si no hubo arreglo. No se molesta el tlatoani por menos. Esto se debe a un grado de institucionalización amplio del ex partidazo, dónde había reglas escritas y no escritas claras. Hoy no las hay, Morena apenas se está formando. En Morena aún no se negocia, se obedece, como en tiempos de don Plutarco Elías Calles.

Dos peones llamados Alejandro Armenta y Miguel Barbosa.  Es bien sabido que Ricardo Monreal quiere meter gente suya a la dirigencia nacional de Morena, que se renovará en fechas no tan lejanas. Yeidckol, por su parte, está buscando alianzas estratégicas por todos lados, quiere ofrecer certezas, ganar la plaza de Puebla fue una para consolidar su grupo. Un golpe para Monreal, pero no fue K.O.

Las encuestas no mienten.  Lo cierto es que el golpeteo de Armenta con Barbosa ya estaba cobrando factura, al bajar los números en los estudios demoscópicos del político originario de Ajalpan. Se le tuvo que pedir a Monreal que le pusiera fin al encontronazo. Sí, con todo el pesar de Yeidckol, ella no fue capaz de calmar las aguas.

No es fácil ser Barbosa: Armenta, literalmente, cultivó y empleó el viejo arte de tirar mierda como se debe: con todo y sin mediar. Tomarle la mano a quien te deseó el mal no es cosa fácil. Ahora Barbosa, literalmente, confirma el dicho de “la política es comer mierda y hacer cara de gusto”. El ex líder del PRD ya ni la disimula: Armenta no es de su simpatía y las fotos lo dicen todo.

Empate técnico: Yeidckol gana la candidatura, Monreal soluciona un problema antes de que inicie.

La batalla por Puebla terminó, ahora se viene la del CEN de Morena.           

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