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Jiménez Merino, el candidato invisible de Chapingo

Las elecciones están a la vuelta de la esquina y tal vez por casualidad o quizá porque así debería ser, el partido tricolor se ha dejado al último no por menosprecio u odio desmedido y aunque no los parezca, vale la pena examinar el perfil del candidato por el PRI, Alberto Jiménez Merino.

Pocos toman en cuenta no solo a su persona sino tambien sus propuestas que bien seria interesante verlas puestas en práctica. Pues todo esto se debe a que, si el PAN tiene un reto difícil para recuperar Puebla, el PRI lo tiene aun más difícil y en parte por ser el PRI básicamente, sobre todo después de Mario Marín y por tantas décadas de autoritarismo y un largo etcétera. Por eso el tricolor, con candidatos como este ha demostrado una intención muy visible: hay que dar la imagen de un partido fresco y nuevo. Un partido que vuelva a tener credibilidad y confianza entre la población y no una imagen de “la mafia del poder”, como los bautizó Obrador.

Esto explica la candidatura de hombres con una estampa de intachables, honestos y trabajadores, ¡un nuevo PRI! Que no tenga nada que ver con el viejo PRI. Hombres como José Antonio Meade, excandidato a la presidencia de la república (que para muestra de ello ni siquiera era integrante del partido) y el propio Merino. Y de nuevo se repite la pregunta que se hacia al inicio de esta serie de artículos, solo que con colores y actores distintos: ¿De verdad aun le quedará algo de credibilidad al PRI? ¿Después de Mario Marín? Veamos cómo y con quién pretende lograrlo.

Francisco Alberto Jiménez Merino nació en Tecomatlán, Puebla (cuna de Antorcha Campesina). Estudió en la Universidad Autónoma Chapingo graduándose como Ingeniero Agrónomo Zootecnista en 1982. Fué Profesor–Investigador, Director del Departamento de Zootecnia, Director General Académico y Rector de la Universidad Autónoma Chapingo. También es autor de varios artículos científico y libros como, El campo en Puebla (2005), Cadenas productivas agropecuarias y acuícolas del Estado de Puebla (2007), Herbolaria Mexicana (2012). Sin duda su profesionalismo en su formación académica, así como en su discurso, es una de las principales virtudes del candidato tricolor. Esto anterior es tan solo una pequeña parte de su currículo.  Por si fuera poco, también ha realizado misiones tecnológicas en países como Chile, Holanda, Alemania, China, Brasil, Cuba, y Colombia. Vicepresidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Puebla. Creador del Programa de Desarrollo Regional Integral de la Mixteca Bordos, Pastos y Ganado (1994-1999) entre otras cosas más, su desempeño profesional lo ha llevado al limite. Sin embargo, esto no parece obstaculizar su carrera política.

Sorprendentemente él es único de los tres candidatos a gobernador que ha ganado elecciones. En 2003 ganó como candidato a diputado federal por el Distrito XIII, con cabecera en Acatlán de Osorio, y luego en 2009, por el mismo cargo por el Distrito XIV, en Izúcar de Matamoros. Ha ocupado cargos públicos en gobiernos priistas; fue dos veces secretario de Desarrollo Rural en Puebla, durante el gobierno de Melquiades Morales y en el de Mario Marín. Durante sexenio de Enrique Peña Nieto, fue delegado en Puebla de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) y de la Conagua. También fue presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de la Confederación Nacional Campesina en el Estado de Puebla del 2001 al 2005.

Sin duda toda su vida y acciones giran alrededor del campo y del sector agrario, se nota que lo que hace respecto a ello es su pasión y lo que más le gusta hacer. Esto podría ser un trampolín para escalar a niveles más altos en popularidad y carisma ante la gente, sobre todo con la gente del campo.

¿Pero cuál es el problema? Simple; que es el candidato del PRI. No solo por la maquinaria política tan tremenda de MORENA, sino porque este partido aun es receptor de recelo entre los ciudadanos en parte por las malas administraciones en parte porque es el villano favorito.

Durante el debate, por ejemplo, dio muestra de todo lo explicado anteriormente, sacando a relucir a ese agrónomo con prioridad sobre el tema de la tierra y una oratoria casi impecable. Por ello examinemos ahora sus propuestas. Las más destacadas son: transparentar la deuda pública que dejaron gobiernos panistas, creación la Secretaría de la Mujer, convertir el Aeropuerto de Puebla en un centro de conexión del altiplano que facilite el desarrollo turístico, convertir la comunidad de San Pablo Xochimehuacán, perteneciente al municipio de Puebla en un nuevo municipio, revisar el sistema de justicia penal, destinar mayores recursos a estancias infantiles y a refugios para mujeres, revisar el contrato que se otorgó a la empresa Agua de Puebla para Todos para la administración del líquido en la capital del estado y limpiar el río Atoyac.

Bueno, de la deuda no vale la pena hablar pues es lo que todos hacen ya. Lo interesante aquí empieza como siempre en los sectores más vulnerables. Por ejemplo La Secretaria de la Mujer, dar más recursos a las estancias infantiles y refugio para las mujeres así como lo referente al sistema penal, se entre lazan. Durante estos días también a florecido la propuesta de cadena perpetua para el delito de feminicidio y violación. O la propuesta de “Mujer segura”, ósea una tarjeta de apoyo a las madres solteras y amas de casa. Sin duda no solo Merino sino el propio PRI (y muy a su manera eso si) buscan hoy más que nunca el voto de las mujeres. Pero hay que subrayar que solo se menciona la palabra “revisar” en el aspecto de justicia penal. La cadena perpetua, puede tardar, y más con un congreso con mayoría de oposición. Aún así, aunque logre esto, quien sabe si cuando el candidato dice revisar tambien este comprometiéndose con reformar.

Lo que se ve difícil también la propuesta del aeropuerto, sobre todo en el aspecto de las negociaciones sin dejar de lado que hay otros temas que merecen abordarse. Lo de limpiar el rio Atoyac es algo que muchos repiten en casi todos los años y campañas, saliendo a relucir el problema de la disposición de las empresas a no contaminar más. Pero cuando todo se pone serio realmente es la propuesta de revisar el contrato de Agua de Puebla para Todos. Aunque tambien hay que destacar de nueva la palabra “revisar” dejando notar una constante que puede significar no comprometerse tanto para que en caso de ganar Merino se convierta en un anti establishment (alguien que valla en contra del orden social ya establecido. Pero recordemos que Jiménez Merino parece estar muy comprometido con el campo y con su profesión de agrónomo y todo lo que implica.

Alberto Jiménez Merino tiene un reto, el mayor reto no solo de los candidatos sino quizá de todos abanderados por el PRI a la gubernatura en la historia: el de recuperar Puebla para el PRI y más en tiempos de López Obrador. Su candidatura parece ser ese intento del viejo PRI de buscar a hombres que den la imagen de uno nuevo, ósea uno que de la impresión que el pasado quedó atrás y ahora sí el tricolor es un partido confiable y ciudadano. En el anterior debate tuvo que fungir como arbitro entre los otros dos candidatos, demostró como ya vimos que, aunque sus propuestas no son precisamente las más llamativas, pero si un poco más serias y menos populistas.

Volviendo a eso, una persona así resulta invisible a los ojos de los electores. Aunque también la candidatura de Merino es la prueba de que quien debió ser candidato en otro tiempo, no lo fue, no le quisieron dar la oportunidad a pesar de la buena imagen y oratoria que tiene consigo, además de la nobleza tal vez. Y precisamente por eso mismo no la ganó, el viejo PRI quería seguir gobernando. Si es que realmente Merino es una persona noble se le recomienda de no ganar la gubernatura a seguir trabajando por Puebla, a su manera y por otros frentes, en este caso por el campo y la naturaleza, pero con mayor pasión, entereza y compromiso que nunca. Gente así no solo hace falta en Puebla, sino a su partido.

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