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La Guardia Nacional, ¿la esperanza de México?

El pasado 30 de junio durante una ceremonia en el campo Marte iniciaron formalmente los trabajos y funciones de la Guardia Nacional. La ceremonia, como era de esperarse fue presidida por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en su calidad de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

Al evento tambien asistieron miembros del gabinete y varios gobernadores, de entre los cuales destacó la presencia delos titulares de las secretarías de la Defensa y Marina, pero sobre todo el de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana; Alfonzo Durazo, quién pronunció el discurso más importante del evento y probablemente uno de los más controvertidos de las últimas décadas, pero sumamente obvio, cito: “La herencia recibida es desastrosa. Nos dejaron el país en medio de un: ‘sálvese quien pueda’. Las nuevas generaciones no saben lo que es la paz”.

¿Qué se puede decir de la Guardia Nacional que no se haya dicho ya? Hoy en día la prensa esta plagada de opiniones ya sea a favor o en contra, así que para no caer en lo recurrente; opiniones derechistas que no se cansan de reprocharle concretamentea Obrador que no cumple sus promesas de campaña de la desmilitarización o izquierdistas que no cesan de echar las campanas al vuelo y presumiéndolo como un logro magistral de la 4T, hay que hacer una visión introspectiva para considerar al núcleo de esta institución y un protagonista que nunca es tomado en cuenta: el soldado. Y por último echar un vistazo hacia la situación externa de México. Ambos se complementan y aunque no parezca afecta a cada uno de los mexicanos.

Por una parte, aunque todos los integrantes del legislativo no cesen de afirmar con júbilo que esto fue un logro de su parte por haber logrado ponerse de acuerdo, es verdad que López Obrador ha decepcionado a parte de sus electores al incumplir su promesa de retirar a las fuerzas armadas de las calles. Afirmar que la Guardia Nacional es“el inicio del fin de la violencia en nuestro país” como lo apuntó Alfonzo Durazo es caer en el error y más si se piensa que es lo que necesita y sobre todo lo más adecuado y saludable para el país, ¿Por qué? Simple, el darle de “maromas” al asunto para justificar esta medida es hacer la vista gorda a las criticas de Obrador del expresidente Calderón respecto a sus medidas tan parecidas  que este último implementó en materia de seguridad, eso además de demagogia es una falta de consideración y confianza a las instituciones policiacas y militares, también hay que recordar que a pesar de que se prometió que los civiles eran los que la integrarían, por lo pronto los militares y cuerpos policiacos constituyen la mayor parte de sus efectivos, mismos que deberían de recibir actualización y mejorar su entrenamiento además de un largo etcétera para no ser rebasados en inteligencia por la delincuencia y no solo cambiarlos de corporación.

Muestra de ello es el video que se hizo viral hace meses donde militares son agredidos en Huacana, Michoacán. El propio titular a cargo de la Guardia Nacional Luis Rodríguez Burcio era un general en proceso de retiro cuando lo designaron para el cargo. Solo cambia el uniforme pero no el soldado.

Algo grave e incluso denigrante es lo que ocurre en el plano internacional, Maquiavelo nos enseña que el Príncipe que carece de pericia, carece de la cualidad para encontrar al enemigo, comandar a las tropas, en fin de la primera cualidad que debe tener un capitán. Y esto no solo aplica a la deficiencia de las medidas respecto al combate a la delincuencia. Si no al campo de guerra de la diplomacia.

Recientemente las fuerzas de la Guardia Nacional fueron desplegadas a la zona sur del territorio nacional pero no por otra razón que contener el gran flujo de migrantes centroamericanos a los Estados Unidos.Todos recordamos que en un típico desplante de fanfarronería, el presidente Donald Trump amenazó con imponerle aranceles a las mercancías mexicanas, eso sí, hubo una reacción de solidaridad y claro apoyo al gobierno obradorista ¿y cual fue su respuesta? Bueno, Marcelo Ebrad durante su viaje al país del norte ofreció llevar a cabo la medida anteriormente mencionada, todo por salvar el T-MEC, a lo que Trump respondió estar satisfecho.

Y por su puesto de inmediato se desplegaron los efectivos sobre la zona, pero algo que nadie o casi nadie notó es que ese discurso de “no dejarnos”, de mantener la dignidad, quedó inmediatamente obsoleto con esta medida y la rapidez con la que se llevó a cabo. Y quién sale perdiendo; ¿los migrantes? Sí, pero también los soldados, que cargan con la responsabilidad de llevar a cabo penosa tarea, sufriendo todo tipo de recriminaciones, quedando como los malos del cuento y para variar, por culpa del capricho de un extranjero bravucón.

Todo esto hace resonar las palabras de José María Ríos de Hoyos, antiguo militar mexicano conocido por ser el primer militar en levantar la voz para denunciar la situación de las fuerzas armadas de su tiempo, que tristemente se diferencia poco frente a la situación actual, aunque se haya profesionalizado más a la institución militar: “Un Ejército al que se desdeña o se ve con indiferencia, al que no se le atiende ni se le adiestra, ni se le adoctrina debidamente, llega a convertirse bajo la acción de la severa disciplina militar en un autómata mudo y ciego. Golpea delante de él allí donde lo ponen. No quiere nada por sí y obedece por resorte. Es una cosa grande que movemos y que matamos pero también es una cosa que sufre”.

¿Guardia Nacional o Guardia de Trump? No es una pregunta agradable pero guarda cierta cruda y molesta realidad.Durazo afirma que con esto no se resolverá la inseguridad de la noche a la mañana pues no se creó de la noche a la mañana también. Eso sí, todos concuerdan que México confía en ustedes integrantes de la Guardia Nacional pero este servidor no quisiera ponerles la presión de “no pueden fallar” que de por sí ya es algo necesario de recordar pero con un peso demasiado grande. Tal vez sea un logro que los diputados se pongan de acuerdo con una mayoría considerable, pero no quiere decir que con ello se haya tomado la mejor decisión, aunque no estaría mal que lo hicieran con otros temas y se legisle así o mejor con la autonomía de los estados, comercio, presupuesto, comunidades indígenas y demás.

De cualquier manera la palabras de Ríos de Hoyos hoy viven más que nunca: “El imperativo para las fuerzas armadas es comprender, ver con claridad cuales son las legítimas aspiraciones y tendencias del pueblo a fin de propiciar el ambiente de paz y seguridad”.

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