“La novela de la coyuntura política electoral en Puebla ya terminó”, fueron las palabras del gobernador constitucional Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta que resonaron ante más de 5 mil asistentes en el Auditorio Metropolitano. Efectivamente fue una larga novela donde la fortuna y la tragedia fueron los elementos imprescindibles para que la izquierda partidista arribara al poder en Puebla, en la persona del oriundo de San Sebastián Zinacatepec.
En esta ocasión no hubo helicópteros que sobrevolaran la zona, ni toma de estacionamientos en espacios universitarios, ni cierres viales a varias calles a la redonda, de igual manera el ingreso peatonal fue similar a un concierto musical en el auditorio.
Con el retraso de una hora, debido en parte a la desorganización en la zona VIP (very important person), después del gobernador los reflectores del evento apuntaron al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Luis Ebrard Casaubón, quien ocupaba la primera fila del recinto. De igual manera compartieron las primeras filas, el coordinador de los diputados federales de MORENA, Mario Delgado Carrillo; el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez; de Hidalgo, Omar Fayad Meneses; el legislador Gerardo Fernández Noroña, el director del IMSS Zoé Robledo Aburto, el director de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo; el dos ocasiones nombrado senador Ricardo Monreal Ávila que no apareció en el recinto; incluso el líder del Movimiento Nacional por la Esperanza, René Bejarano Martínez compartió un asiento en la primera fila con su esposa la diputada federal Dolores Padierna Luna.
En una mesa en medio del escenario el gobernador constitucional compartió el lugar con los el representante del poder legislativo, diputado Gabriel Biestro Medinilla, del poder judicial magistrado Héctor Sánchez Sánchez y la representante del presidente, Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero. A los lados los recientemente designados secretarios de gabinete y del otro lado los diputados locales de la alianza que le dio la mayoría a la izquierda en el Congreso.
María del Carmen Cabrera, Presidenta de la Mesa Directiva del Congreso fungió como “maestra de ceremonias”, atropelladamente nombró a los invitados según el orden de aparición y no por la jerarquía del puesto. Fue el momento chusco.
El discurso del mandatario tuvo una duración de 60 minutos, fue interrumpido un par de ocasiones por los gritos de la zona alta del Auditorio de coreaba al unísono “gobernador”, “gobernador”. Agradeció a quienes votaron por él y quienes no lo hicieron también, reconoció el alto abstencionismo que caracterizó la pasada elección –superior al 60%- por lo que se comprometió a gobernar para todos. Enumeró los valores por os que se distinguirá su gobierno: austero, transparente, incluyente, honrado. Y señaló los vicios que caracterizaron gobierno pasados: derroche, opulencia, fantochería, miedo. Tendió una mano a los invitados del sector empresarial, quienes hicieron mutis al coro “es un honor estar con Obrador” que parte de los invitados corearon cuando el gobernador declaro inspirarse en la figura del político tabasqueño.
El titular del ejecutivo local cumplió lo prometido al dar a conocer la deuda que heredó de administraciones anteriores: 44 mil millones de pesos –similar al presupuesto de la UNAM de 2019- anunció auditorías y más información en las semanas por venir. Se reservó el anuncio de la cancelación del servicio de “Agua de Puebla” puesto que en el evento del Congreso declaró que esperaría opiniones de especialistas respecto al contrato de concesión.
Como la prioridad de su gobierno el mandatario identificó la seguridad de los habitantes del estado, en un claro mensaje a los ediles señaló “quien diga que la inseguridad es un asunto de percepción, mejor que diga que no puede”.
El mensaje político del gobernador Barbosa en el Auditorio Metropolitano convocó a sectores e invitados que anteriormente eran excluidos a este tipo de eventos, para estar en línea con la “4a transformación” afuera del recinto se ofreció una verbena con bailables y antojitos.