Un nuevo aire sopla en la política poblana y con seguridad oxigenará todo espacio público de la entidad, atrás debe quedar el amiguismo, el entreguismo, la persecución política y los negocios al amparo del poder.
Como garantía tenemos el hecho que el actual gobernador no tiene aspiraciones presidenciales como las que tenía en su momento Mario Marín, Rafael Moreno Valle y en menor medida Antonio Gali; quienes con un afán protagonista antepusieron sus proyectos personaesl al interés de los poblanos.
Luis Miguel Barbosa tiene la oportunidad de convertirse en uno de los mejores mandatarios que Puebla haya tenido, combatiendo en primer lugar la grave crisis de inseguridad, producto de una política errónea y simulada de anteriores gobiernos, con un alto grado de corrupción auspiciado y fomentado desde el ejecutivo estatal que debe ser investigado.
Incluso algunos que se ufanan de haber sido oposición del morenovallismo deben ser investigados, porque Moreno Valle presumía de su capacidad de controlarlo todo, incluso a la oposición, oposición que a la luz del tiempo vemos que era de papel, porque quienes presuman de haber sido oposición en los gobiernos anteriores a la par gozaban de un enriquecimiento ilícito producto de moches, beneficios para familiares y amigos con contratos de prestación de servicios, obras y demás «beneficios» producto de la corrupción.
En política lo que parece es, y estos nuevos aires que soplan sobre la política poblana podrán hacer que se termine con el viejo régimen donde «un político pobre equivalía a un pobre político» máxima del anterior modelo corporativista, rapaz que veían a la política como un negocio, donde los moches y el tráfico de influencias eran la regla no escrita del anterior régimen. Nuevos aires, nuevas regla, nuevo régimen, nuevos objetivos, nuevos ideales; seguramente requeriremos de nuevos medios de comunicación y nuevos políticos ¿no creen?