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Marchas feministas, de la lucha a la violencia y de la violencia a la política

Imagen: @ladobemx

En días pasados como fue de todos conocido, hubo una manifestación no solo en la ciudad de México, sino también en Puebla llevada a cabo por grupos feministas, la causa: la indignación y la rabia de éste sector de la sociedad (las mujeres) que a pesar de ser mayoría demográfica en contraposición de los hombres, son un grupo vulnerable, un grupo que además de ser violentadas domésticamente, en tiempos recientes han sufrido todo tipo de atropellos a sus derechos humanos incluso laborales.

En particular, la marcha de la Ciudad de México se efectúo con motivo de exigir justicia a las autoridades por el caso de una violación a una menor de edad por parte de elementos de la policía. Las mujeres como sabemos y más en ciudades como Puebla y la CDMX, son vulnerables pues son zonas donde se registra un alto índice de feminicidios. Por esa reivindicación es que salieron a protestar y grupos radicales (y uno que otro infiltrado) hicieron todo tipo de destrozos agrediendo a civiles (sobre todo varones) y ni hablar de medios de comunicación, incluso si eran mujeres. Los videos están en internet por si se tienen dudas.

Estos hechos son detonantes de que más de una persona salga a expresar su inconformidad por los actos vandálicos. Argumentan que esa no es la manera de exigir justicia, que hay maneras de hacerlo. Muchos y muchas también han respondido a esto (con cierta dosis de razón) que: ¿desde cuándo la violencia está reconocida como políticamente incorrecta? Según ellos. Que se necesitaba y necesita este tipo de acciones para que se dé cuenta la sociedad entera y el gobierno que se presenciando una situación inaceptable, (recordemos que varias asociaciones han intentado sin éxito que en la CDMX se active la alerta de género), todo para que algo se haga algo. Cosa valida pues las movilizaciones para eso están, para exigir y lograr que se tomen acciones y conciencia de las problemáticas sociales. En especial las más graves como ésta. Pero el debate hasta ahora sigue ahí. Con opiniones totalmente polarizadas.

Surge entonces la pregunta: ¿la ira es compatible con la política? Veamos, la política es inevitable en toda sociedad. Por medio de ella nos ponemos de acuerdo y organizamos la estructura gubernamental y civil, esto en pocas palabras. Pero ¿hasta qué punto la expresión: es que hay maneras, es válida? Y ¿hasta qué punto la otra expresión: es que solo así el gobierno y la sociedad hacen caso, también es válida? Bueno, tomare posición al respecto más adelante, pero antes veamos que dicen 2 autoras mujeres sobre la política y más especifico, sobre la ira. Hannah Arendt, en su libro ¿Qué es la política? Precisamente en el último capitulo señala que la ira es totalmente contraria a la actividad política. Podría decirse que la cataloga como algo irracional. Responsable de diversos hechos lamentables como guerras y el problema de las armas atómicas (que ahí sigue), si nos dejamos llevar por la ira, más concretamente la destructiva, nos arriesgamos a perderlo todo, una causa noble se desvirtúa. La guerra ya no será la continuación de la política por otros medios como Von Clausewitz señalaba, sino a la inversa, ósea se subordina la política a la guerra. Por su parte, Judith Shaklar, reconoce en la ira un impulso reivindicador, aquello que empuja a las personas a salir de las situaciones opresoras e injustas que mantienen doblegados a las víctimas. Solo por el enojo y la indignación, podemos alzar la voz y decir, no. Por lo tanto un recurso político valiosísimo con el que las exigencias son tomadas en cuenta. Incluye ciertos desafíos y romper algunas normas, pero también implica el despertar moral.

Desde la perspectiva de quien esto escribe: si, efectivamente, puede existir la ira en lo político mas no en la política, aunque como la sal en la comida, esta debe estar regulada. Las dos autoras tienen razón, no al cien por ciento, pero la tienen. Estoy de acuerdo que las mujeres actualmente viven una situación lamentable y eso no es bueno para nuestra sociedad, aunque no soy partidario de vandalizar monumentos. Pero tampoco estoy en desacuerdo en salir a las calles y manifestarse de una manera tremenda. Ahí si preferiría que dieran testimonio las oficinas de la policía y las patrullas etc. al ser dañadas. Mas no el ángel de la  independencia, (aunque recordemos que en esto también están implicados grupos infiltrados).  ¿Aunque que de cierto tienen las críticas hacia sus métodos? Bueno, es que solo así pueden hacer voltear al gobierno a ver su lucha, pero…protesta no fue. ¿Por? No hay pliego petitorio, ¿y eso qué? ¿Se necesita de un papel para que dejemos de ser violadas? No, pero si para que todo no quedase solo en un ángel y una patrulla rayados, así como en unas oficinas ya sean de policía o fiscalía así como instalaciones del metro vandalizadas. ¿Convocaron a otras acciones como una posterior marcha del silencio o protesta general a nivel nacional por un tiempo definido o no definido? No, nada por el estilo, por lo tanto resistencia tampoco fue. Y a las pruebas me remito, si uno compara otros casos como el movimiento del 68 o el del 61 en Puebla, donde si hubo todo esto, claro que hubo avances también y las pintas que se hicieron valieron la pena. En el caso particular de Puebla, de que es la culpa de que las autoridades municipales no sean rígidas con los maltratadores y feminicidas. La respuesta, claro está, es una mujer: Claudia Rivera Vivanco ¿y muchas de las manifestantes votaron por ella? Probablemente sí. ¿Pero las vimos ir a exigirle sus demandas? No. En eso (y muchas de esas mujeres no se han dado o no se quieren dar cuenta) nadie se a atrevido a exclamarlo. Tal vez por ser Vivanco mujer.

Vivimos en una sociedad azul. Una sociedad que no cesa de proclamar y predicar la igualdad y la tolerancia, pero que irónicamente es la menos tolerante y equitativa de todas, en diversos aspectos. Por un lado los que no paran de desgarrarse las vestiduras por el ángel dañado pero se olvidan que cuando gana la selección de futbol un partido importante por ejemplo, no hay problema. Y por el otro un grupo de personas que (y hablo desde la experiencia personal) no toleran ni una observación, ya no crítica, sino observación. Por decirles, “un delito no se justifica con otro”, ya es atacado uno, a pesar de estar de acuerdo con muchos de sus postulados, en resumen que sienten cualquier comentario como un ataque, y a veces ni eso es necesario para caer en el error. Muestra de ello es que muchos varones que iban pasando por ahí incluso que salieron a apoyar a las mujeres fueron expulsados de la manera más violenta. Cosas como esas son las que la gente indecisa o hasta hace poco indiferente se tornen en contra de su movimiento que de apoyo tanta falta le hace por parte de la sociedad. Un pliego petitorio es un buen inicio o para dar muestras de racionalidad. Y eso puede depredar el espacio y la vida pública, donde se delibera y a través del dialogo y diversidad de opiniones  llegamos a los avances, pero no, si no piensas igual que el grupo, eres el enemigo. Eso es un camino corto para el autoritarismo quizá u otras cosas nada mejores.

La ira nos impulsa a cambiar, pero como dije antes, debe usarse con cuidado, como la sal. No confundir parte del instrumental político (la ira) con el fin político (la igualdad) No basta con enfurecer e incitar a la lucha, hay que incitar a la construcción también por tanto si no somos capaces de distinguir lo político de la política, en este caso de la lucha y la violencia como instrumento y de la protesta junto con la indignación, jamás llegaremos a ver una sociedad donde caminemos seguros por las calles, por el odio, la ira que se despierta, mientras siga ahí, la lucha o mejor dicho la violencia y odio, junto con os crímenes no van a cesar. Difícilmente podremos alcanzar nuestros objetivos. Caminar seguros como dije antes, seamos mujeres u hombres.

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