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Medicinas contra el burocratismo, la corrupción y la desinformación

paulinbadillo@gmail.com

@PaulinBadillo

 

En las últimas semanas fueron muy difundidas las protestas de familiares de niños y niñas con cáncer, debidas a que no se les habían aplicado medicamentos (en especial el metotrexato), principalmente en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE y en el Hospital Infantil de México, que es una institución Descentralizada de la Secretaría de Salud.

Ante esta crisis, la Secretaría pidió el medicamento prestado al IMSS, y por su parte, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) señaló que no se trataba de un problema de presupuesto sino de distribución por parte de la farmacéutica “PiSA”, situación que también fue señalada por el Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell Ramírez.

Posteriormente, el Secretario de Salud Jorge Alcocer Varela descartó que hubiera alguna urgencia por esta circunstancia, declaración que provocó la molestia de los familiares a quienes posteriormente invitó a dialogar y ofreció disculpas.

Al ser cuestionado por esta problemática, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, reiteró que unas pocas empresas farmacéuticas y distribuidoras están saboteando el abasto de medicamentos para mantener las condiciones ventajosas que les habían dado los gobiernos anteriores, pero lo más difundido por varios medios de comunicación con cada vez menos credibilidad y por muchos incautos o malintencionados fue la tergiversación de un llamado del presidente a la solidaridad, el cual ciertamente pudo haber evitado, dado lo delicado del tema.

Pero las noticias falsas no se detuvieron, y también se lucró con la muerte de una niña diciendo que se había debido a este desabasto de medicamentos, situación que la Secretaría de Salud salió a desmentir. Y por otro lado, un supuesto ex enfermero del IMSS lanzó un video donde descargaba su enojo por la falta de medicamentos de los últimos sexenios contra López Obrador, cosa que fue aprovechada por los mismos responsables o cómplices de dicho desabasto histórico para golpear una vez más al gobierno actual.

Y aunque al parecer las aguas se han calmado, los problemas siguen latentes, ya que como declararon algunos fabricantes de medicamentos a La Jornada el 5 de septiembre “debido a la exclusión de las empresas distribuidoras … es ahora la responsabilidad de los fabricantes. El problema es que no podemos asumir un compromiso de entrega sin la seguridad de que cobraremos sin dilaciones” temor creíble, ya que las anteriores administraciones se caracterizaban por no pagarles a muchos de sus proveedores (salvo que fueran sus amigos).

Entonces ¿Qué podemos aprender de todo esto?

  1. Que necesitamos instituciones menos burocráticas, que se comuniquen mejor con la población, y que el manejo de los recursos en salud deje de estar regido únicamente por criterios hacendarios y se tome también en cuenta a personas capacitadas en salud pública.
  2. Que las empresas pueden y deben tener ganancias legítimas, no ganancias exorbitantes en detrimento del presupuesto y de la población.
  3. Que la gente debe conocer sus derechos y qué nivel u órgano de gobierno es el responsable de garantizarlos. Y una vez más, que todos debemos informarnos mejor para contribuir a los cambios que sin duda necesita México.

 

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