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Reelección “es un precepto político que permite a un ciudadano que ha sido elegido para una función pública sujeta a un periodo de tiempo previamente determinado por la Constitución y las leyes, el derecho de volver a postularse y ser nuevamente electo, una o más veces, para la misma posición.” (Diccionario Electoral, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2017, Costa Rica, pag. 907).
La semana pasada a la opinión pública en el país tomó por sorpresa la aprobación de una iniciativa de reforma a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, que reglamenta la reelección de diputados federales y senadores. Es importante señalar que esta reforma se derivó de un cambio constitucional en 2014.
En la mayoría de los países democráticos la reelección se contempla en sus leyes y es una práctica, que sostienen los especialistas, fortalece a la democracia. En algunos ayuntamientos del país, esta reforma ya se aplicó en elecciones y no en pocos casos, los integrantes del cabildo resultaron reelectos, así ya sucedió en algunos estados como Chiapas, Tamaulipas Michoacán y Nuevo León entre otros.
Entre los puntos importantes a destacar de la reforma que se aprobó en días anteriores encontramos: la reelección será en el modelo de servidor público en campaña por lo que las autoridades electoral fiscalizarán sus gastos y acciones; los legisladores de representación proporcional y sin partido también podrán reelegirse; la no obligatoriedad de la licencia para legisladores, el tiempo en el cargo será máximo de cuatro periodos consecutivos para los diputados federales y dos periodos consecutivos para los senadores de la República.
Entre los argumentos para aprobar este principio encontramos: profesionalización de las carreras legislativas de los legisladores; propiciar un acercamiento con sus electores así como propiciar una de rendición que cuentas de los representantes ante sus representados, que así evaluarían su trabajo legislativo.
Las críticas para la reelección en el caso de México son: el posible uso de recursos públicos en campaña de los representantes populares –que esta reforma precisamente prohíbe- también que poderes fácticos sostengan y financien carreras legislativas que sirvan a sus intereses.
En las semanas siguientes el Congreso local reglamentará, como lo hizo el Congreso General, la reelección para legisladores locales y Ayuntamientos.
Una encuesta de Parametría en 2017 encontró que el 78% de los entrevistados declaró que no votaría por la planilla a ayuntamiento si se reeligieran en el cargo, solo el 17% sí lo haría. Sin duda es una reforma que tardará en aceptarse por los ciudadanos.