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RETAGUARDIA REPUBLICANA / Policías y su regulación

Imagen: @SoyAlejandro_m

A LA POLICÍA

“Para empezar, quiero subrayar el hecho bien conocido de que nuestra sociedad siempre ha visto a la policía con malos ojos. El mexicano nace, crece y se desarrolla en un ambiente de desconfianza hacia la policía. Prueba de esto son los motes despectivos con que siempre se ha denominado a los guardianes del orden: los azules, los tecolotes, los tamarindos, muelas, etc.” Jorge Ibargüengoitia Viajes en la América Ignota.

En días recientes las instituciones de seguridad pública locales han estado en el centro del debate público. El asesinato de Giovanni López fue producto de una ejecución extrajudicial perpetrada por policíasmunicipales que demostró la opacidad con la que ejercen sus funciones y el ambiente de coerción que generó el gobernador Enrique Alfaro por la contingencia de Covid 19. Era un secreto a voces en la sociedad mexicana: el abuso de las fuerzas policiales.

La coyuntura no era menor, en Estados Unidos las calles se desbordaron por un suceso similar con el asesinato de George Floyd, con la diferencia de que uno tenía como base el problema estructural del racismo, mientras que el de Jalisco partía de un problema estructural del uso de la fuerza.

Dice el refrán que una mentira repetida mil veces se vuelve verdad, así sucedió con la perspectiva que se tiene de las fuerzas de seguridad civiles, se nos quiso vender la idea de que las fuerzas civiles no eran “tan” letales como las castrenses. Todo fue una falacia, pues la evidencia muestra que las fuerzas civiles (Policía Federal) eran altamente letales, básicamente se puede esgrimir que la letalidad no se distingue entre el tipo de instituciones que cumplen labores de seguridad.

La policía federal como institución civil se despidió con altos índices de letalidad, los datos de enfrentamientos señala que por cada policía herido cuatro personas perdían la vida. De diciembre de 2006 a mayo de 2019 la PF abatió a mil personas y lesionó a 225, esta comparación de heridos y muertos sirve para dimensionar si un policía dispara para neutralizar o para matar. La institución argumentaba que se trataba de miembros del crimen organizado, lo cual es violatorio de los derechos de las personas, pues buena parte de los civiles particulares envueltos en enfrentamientos terminaron muertos, en vez de detenidos.

Ahora, ¿cómo regular el uso de la fuerza?; desde la reforma constitucional en materia de Guardia Nacional se discutió la necesidad de contar con una regulación que salvaguardara los derechos humanos.

La reforma arrojó dos documentos que tendrían que estar en el debate actual, como lo son el “Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley” y los “Principios básicos sobre el empleo de la fuerza y las armas de fuego para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”.

Estos estándares establecen los parámetros de todos los agentes estatales con facultades de arresto o detención y tiene tres momentos: antes de usar la fuerza, durante el uso de la fuerza y después de haberla usado.

Es urgente replantear la manera en que se capacitan a los policías, que tiempo se le dedica a su formación y el tipo de equipos de los que hacen uso (toletes, tipo de arma, etc) dependiendo del contexto en el que trabajen.

Por último quiero compartirles algunos fragmentos de un reciente e interesante artículo de la Revista TheAtlantictitulado WhattheWorldCouldTeachAmericaAboutPolicingdonde analizan la decisión del ayuntamiento de Minneapolis de desaparecer todo su cuerpo de policía:

“En las semanas transcurridas desde que George Floyd fue asesinado por un oficial de policía de Minneapolis, las protestas contra el racismo en todo el país han pedido, entre otras cosas, que se destituya a la policía. Pero los miembros del Ayuntamiento de Minneapolis decidieron ir más allá y anunciaron su intención de desmantelar por completo su departamento de policía.

Hasta ahora, las respuestas propuestas han variado desde reformar y priorizar la financiación de la aplicación de la ley hasta desarmar y disolver los departamentos para siempre.

Abolir una fuerza policial es un desafío. Reemplazarlo con algo mejor es otro.

La clave de ese desafío es renovar la capacitación para los futuros oficiales. Aquí, también, los Estados Unidos pueden buscar inspiración en otros países. En Alemania, por ejemplo, los reclutas policiales deben pasar de dos años y medio a cuatro años en capacitación básica para convertirse en oficiales, con la opción de obtener el equivalente a una licenciatura o maestría en policía. El entrenamiento básico en los Estados Unidos, en comparación, puede tomar tan poco como 21 semanas (o 33.5 semanas, con entrenamiento de campo). Cuanto menos tiempo tengan los capacitadores para capacitarse, menos tiempo se brindará para recibir orientación sobre intervención en crisis o reducción de la escala”.

https://www.theatlantic.com/international/archive/2020/06/america-police-violence-germany-georgia-britain/612820/?utm_term=2020-06-10T12%25253A56%25253A54&utm_campaign=the-atlantic&utm_content=edit-promo&utm_source=twitter&utm_medium=social

 

 

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