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Neoliberalismo para iniciados

Neoliberalismo es de esas palabrejas que se impregnan  en la mente. Es una suerte de silogismo pretencioso que, en la boca equivocada, ahuyenta una sólida discusión para poner en un cajón de sastre factores que explican un modelo económico con determinadas características, como lo es la ausencia del Estado en la vida económica de un país y la defensa a ultranza de la acumulación irracional de riqueza en pocas manos, que tuvo una serie de consecuencias no deseables en el país. Para encontrar equivalencias, Neoliberalismo es a veces la misma pereza intelectual que “inefable” es  para los poetas: se oye bien y elevado, pero en realidad no dice nada si se ocupa tautológicamente.

Desde el inicio del actual gobierno federal en México, hay una cargada de todo el aparato gubernamental para legitimar una narrativa oficial que se podría resumir de la siguiente manera: a finales del siglo pasado, una camada de tecnócratas (gente que le sabe bien a eso de la técnica económica y gubernamental, educados en escuelas gringas de alto nivel) implementaron reformas estructurales que trajeron consigo desastres sociales, económicos, políticos y hasta climáticos para el país, en aras de una supuesta modernización que jamás fue transversal para el país . Como antítesis de los treinta años que pasaron desde el inicio del Salinismo, la alternancia panista, la guerra contra el narco y el regreso del PRI tecnócrata al poder en 2018, con todas las desventuras habituales que trae la rapiña, inexperiencia y el cinismo de insensibles operantes, la llegada al poder Andrés Manuel López Obrador declara el inicio de la renovación moral de la vida pública del país, desterrando de raíz el que en su visión es el principal cáncer de México: el neoliberalismo. Es el fin de la mafia del poder.

Ante la narrativa oficial en consolidación, no hace falta ser abyectos en su defensa o críticos sin fundamentos al grado de negar la existencia de toda historia anteriormente citada. Las condiciones exigen entender en dónde estamos parados, que muchos de los problemas del país son estructurales: la desigualdad, la inseguridad y corrupción, pero reconocer que otros tantos son resultantes de la incapacidad de las actuales autoridades, como lo es la falta de técnica para atender la actual pandemia. En pocas palabras, la crítica al periodo neoliberal mexicano debe ir en torno a una reflexión que ayude a solucionar problemas en el futuro inmediato y reinvidicar las causas de los perdedores de ese periodo: campesinos, clasemedieros que perdieron todo y una generación entera que ha crecido con el terror a la guerra en su propio país.

Para ello, valdría la pena leer algunos textos que ayudan a explicar el término neoliberal. Primero, el Colegio de México editó en su colección de Historias Mínimas una sobre el neoliberalismo, escrita por Fernando Escalante Gonzalbo, que ofrece un análisis multidimensional del modelo económico desde sus orígenes como propuesta renovadora al capitalismo y a la democracia liberal de inicios del siglo XX, que para entonces ya había perdido parte de vitalidad. El investigador reconoce que el “El neoliberalismo ha transformado el orden económico del mundo, también las instituciones políticas. Ha transformado el horizonte cultural de nuestro tiempo, la discusión de casi todas las disciplinas  sociales,  ha  modificado  de  modo  definitivo,  indudable, el panorama intelectual, y ha contribuido a formar un nuevo sentido común”https://libros.colmex.mx/descargas-gratuitas/

En otro tenor, en la revista Trimestre Económico publicada por el Fondo de Cultura Económica, a principios de este año incluyó en su número 345 un artículo titulado “La herencia del experimento neoliberal” de José Romero, docente del Colegio de México. en el que contrasta los resultados obtenidos en el pasado reciente al seguir los lineamientos de dichas políticas en México contra los obtenidos en otros países del mundo. Después de hacer un examen exhaustivo de las condiciones industriales, políticas, económicas y tecnológicas que nos diferencian de otros países, llega a la conclusión de lo inviable del modelo para México: Hemos perdido más de 36 años en un experimento neoliberal. El pueblo de México, según lo expresado en las urnas, pide un cambio que todavía no logra estructurarse. Se requiere un plan integral para reestructurar la economía, “mexicanizarla” y generar empresarios manufactureros nacionales que usen tecnología provista por una academia nacional que justifique su existencia; así  como  un  Estado  que  busque  el  desarrollo  acelerado,  que  haga  proyecciones mediante un plan racional consensuado y que conjunte la propiedad privada con la dirección del Estado, aspecto que demanda un capitalismo administrado, que en Asia se conoce como Estado desarrollador.   http://www.eltrimestreeconomico.com.mx/index.php/te/article/view/1029

En conclusión, el tema del neoliberalismo no es exclusivo de un grupo selecto de académicos ni de políticos oficialistas o de oposición, es una realidad que debe ocupar la agenda de debate de cada barrio, pues la continuación con este modelo puede o no ser lo mejor para el país.

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